3 reglas para evitar la corrupción y el robo

¿Cómo evitar el fraude en tu institución o empresa?



Un estudio global en 2013 demostró que por fraude, robo y desfalco se perdieron 3.7 billones de dólares, en delitos que incluyen la malversación de fondos, esquemas piramidales de seudo-negocios, falsas reclamaciones de seguros y "moches"entre otros tipos de estafas, lo interesante además es que las personas que cometen este tipo de abusos piensan en el fondo que no cometieron ningún delito, que de alguna manera fue legítimo su proceder justificándose de muchas formas, lo que habla por si mismo de una especie de anomalía social en sus valores y sentido de la vida, pero más allá de eso podemos explicar el fenómeno en patrones que se repiten en todos los casos.
El criminólogo Donald Cressey desarrolló un modelo "el triángulo del fraude", tres condiciones que siempre se presentan en un acto fraudulento:

1. La presión, es la motivación que se ejerce en un individuo para cometer un fraude, como deudas personales, adicciones a drogas o al juego, desear un ingreso extra, la perdida repentina de un empleo, una enfermedad en su núcleo familiar.

2. La oportunidad, algunos empleados del gobierno o de empresas tienen acceso a herramientas para cometer y ocultar fraudes, en su mayoría, pequeños robos hormiga, que sumados representan grandes cantidades de dinero. Herramientas que tienen forma de tarjetas de crédito corporativas, bases de datos, registros contables internos o control de presupuesto.

La combinación de presión y oportunidad, son una tentación irresistible para muchas personas, pero aún teniendo ambas hace falta un tercer elemento:

3. La premeditación, se trata de "justificaciones" inventadas por el propio individuo para cometer un fraude, este proceso mental involucra expresiones como la idea que tienen "derecho" a tomar dinero que no les pertenece pues "están mal pagados" o "trabajan demasiado" y que un "poco"no afecta a "nadie".Algunos piensan en devolver el dinero cuando hayan "logrado recuperarse"
Pero la mayoría de estos actos fraudulentos, indica Cressey, son perpetrados por empleados menores con capacidad de ocultar o amañar documentos de registro de gastos, desviándolos generalmente a personas que no declaran ingresos fiscales o en pequeñas empresas donde pueden ocultar dichos fondos sin que exista un documento que los involucre directamente.
Estos parecen pequeños actos individuales, pero que dañan significativamente al país y a las empresas cuando observas la enorme suma que ello representa en el mundo.
Luego le siguen los fraudes de gran escala, donde las cifras del robo son superiores y han sido responsables de crisis financieras globales, destrucción de importantes corporativos y un daño irreversible a las finanzas públicas.

¿Cómo proteger nuestro negocio o institución? 

Debes evitar que tus empleados administrativos acumulen las tres condiciones mencionadas anteriormente, haz un análisis de su nivel de presión personal, que incluya adicciones y sus valores personales, su identidad frente al negocio. Vigila que no tengan la "oportunidad" de tener acceso o decisión sobre el gasto y el presupuesto, observa controles de confianza estrictos cuando se trate de manejo de recursos. También escucha y pon atención a sus "quejas", coteja la productividad con la actitud de servicio, confía en tu intuición y desactiva cualquier premeditación que esté en curso, en pocas palabras, aprende a escuchar y a comunicarte.
Tengo las herramientas en comunicación interna que necesitas para prevenir este tipo de delitos que tienen el potencial de dañar tu negocio u organización.
Recuerda que está en tus manos tu propia reputación y la viabilidad de tu negocio.

Espero sus comentarios: juliocastre@gmail.com 

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