Comunicación política: construir la realidad

Please their ears and stimulate their minds

"Antes de empezar a hablar, simplemente cállate"
Winston Churchill

Con toda la aparente modernidad que nos rodea, las telecomunicaciones que han reducido las distancias geográficas y la inmediatez que significa la internet, los seres humanos seguimos descifrando la comunicación de la misma manera que hace 20 mil años, simplemente ahora contamos con más medios para transmitir nuestras palabras y tenemos el reto que estás traten de ser lo más cercano a nuestro pensamiento.
La comunicación política lo sabe, las personas somos 80% pensamiento abstracto y el resto materia, por ello es más importante estimular la mente con ideas que provoquen la movilización social y con ello el cambio. Los grandes imperios y civilizaciones del mundo se dedicaron a construir modelos abstractos y complejos que dieran sentido y justificación a la transformación de la "realidad". Por lo tanto, la misma no existe sino bajo el yugo del pensamiento humano. De ahí se explica la existencia de la política, ente impulsor de la energía de las masas, no mero administrador de bienes materiales, elemento intelectual transformador, arquitecto de destinos e inventor de mundos posibles.
No entender la política de esta manera es arrebatar y cercenar su principal virtud, es volverse conserje y testigo de la "tragedia nacional", renunciar al cambio, acobardarse frente al abusivo, darle el mando al déspota y al demagogo, prostituir la civilización milenaria y festejar con andrajos la miseria.
El político debe levantar de la depresión a la sociedad, convertir la derrota en victoria, y cuando debe informar malas noticias debe hacerlo de forma clara y contundente, no tratando de esconder o fingir un ánimo absurdo, irreal y por lo tanto ridículo, pero es un discurso que debe pulirse, reinventarse y volverse a pulir antes de salir al aire, Churchill solía comenzar con una frase impactante: un dato sorprendente, una afirmación controvertida, una realidad irrefutable. Es famoso el “Señorías, no tengo nada más que ofrecerles que sangre, sudor y lágrimas”, y yo también añadiría el principio de uno de sus discursos radiofónicos durante la Segunda Guerra Mundial: “Las noticias que nos vienen del frente son malas”. 
La política y comunicación, son un binomio cuando un gran político es capaz de entenderlo. La comunicación no son notas de diarios y medios electrónicos, eso es politiquería que no corresponde a pueblos civilizados y que se mueven en las alcantarillas.

Julio Castrejón




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