Teoría de la Tendencia

TEORÍA DE LA TENDENCIA O DE LA APROXIMACIÓN


Julio Castrejón

Bigbang, origen de toda la materia
conocida en el universo
Hace algunos años escribí una breve teoría que trataba de explicar el origen de algunos fenómenos sociales analizando una serie de variables que mantenían cierta constancia en sus valores por segmentos de tiempo determinados, después descubrí que no era ningún hallazgo novedoso, algunos eruditos de diversas disciplinas lo habían hecho antes con mayor rigor metodológico, nuevamente no tendré reconocimiento alguno, el gordo Alcaraz diría “los únicos originales fueron los griegos” y tendría razón, en lo que quito de mis lagrimales unas minúsculas gotas de amargura, voy a tratar de retomar el tema de forma breve y de ser posible amena. Esta teoría es resultado de las conclusiones de otras teorías que confirman el binomio orden-caos, ambos necesarios para la construcción del universo conocido, como el centro del origen de la materia que puede sintetizarse en el bigbang, evento donde un orden desconocido acumuló en su interior toda la materia y por alguna razón también desconocida estalló creando todo lo que existe en el cosmos, de forma caótica o al menos en apariencia, creó  simultáneamente el universo de lo macro, lo infinitamente grande y el universo de lo micro, lo infinitamente pequeño. Pequeño y grande en relación a los humanos, es decir, vivimos atrapados entre dos universos que permanecen ocultos a nuestros ojos mortales, pero que la ciencia ha ido descifrando con mucho cuidado y rigor.

Albert Einstein, probó la relatividad del
tiempo y el universo curvo
Ahora bien, dentro de ese universo creado en el bigbang también fue creado el tiempo, pero su existencia es relativa como lo demostró Albert Einstein, es decir, depende del observador, su velocidad de desplazamiento en el espacio para que este se deforme en curvas que lo distorsionan, es decir, aquello que llamamos tiempo sólo es válido desde la perspectiva humana, para el habitante de un átomo una milésima de segundo puede ser una eternidad y para otro habitante de un sistema intergaláctico todo el tiempo desde la formación de la tierra hasta nuestros días puede ser un suspiro, así de relativo es el tiempo. Comprender estos conceptos es difícil, estamos atrapados en nuestro pequeña jaula cotidiana, eso que llamamos vida y que está compuesta por 3 dimensiones espaciales y una llamada tiempo. Pero no es una desgracia que así sean las cosas, todo lo contrario, sería imposible nuestra existencia si pudiéramos percatarnos de las enormes distancias que recorremos, incluso cuando estamos sentados, imaginen el movimiento de rotación de la tierra, luego el movimiento de traslación alrededor del sol, el movimiento del propio sistema solar en el brazo espiral de la vía láctea y el por último el descomunal movimiento de la propia galaxia en expansión desde el punto donde se originó el bigbang. Velocidades descomunales por lo que podemos concluir que nunca ocupamos el mismo espacio, quizá sólo una reducida posición en una porción de ese espacio, pero que simultáneamente, si observamos con cuidado nuestras moléculas que están compuestas de millones de átomos y estos de partículas más diminutas nunca están quietas, permanecen en perpetuo movimiento oscilatorio y ondular, con todo esto quiero demostrar dos cosas fundamentales: la realidad humana es relativa, por lo tanto depende de la interpretación del observador y obedece a variables simultáneas que si bien podemos medir y detectar algunas, no podemos hacerlo en su totalidad, de esa imposibilidad se desprende que sólo podemos aproximarnos a entender una fracción de dichas variables, es decir, sólo podemos percibir tendencias de la realidad. A partir de dichas tendencias moldear fracciones de la realidad y adaptarlas a nuestra cotidianidad. 
El movimiento de rotación, traslación y el movimiento del
sistema solar en la galaxia que no podemos percatarnos, la
línea azul es nuestro planeta.

Imaginemos una molécula del universo, podemos saber algunas variables mínimas, su composición, temperatura, peso y tamaño, pero nada más. Podemos con esa información saber cómo reaccionará en presencia de otros elementos, modificando su composición etc y provocar efectos deseables para aprovecharlos en nuestro beneficio, pero en esencia no sabemos la razón de dicho comportamiento, por ejemplo los elementos químicos del ADN están dispuestos en una larga cadena de doble espiral, sabemos que son segmentos que controlan y articulan el funcionamiento del cuerpo humano, incluso poseen información de nuestro pasado inmediato (madres, padres, abuelos…) e incluso de nuestro pasado más remoto en el tiempo, pero no sabemos el porqué y menos la razón de dicha disposición, sabemos que la modificación del patrón puede desencadenar una mutación, sabemos que podemos manipular el envejecimiento y destruir el cáncer desde esas cadenas, pero en esencia no sabemos como explicarlo, simplemente ocurre. No significa que no lo podamos resolverlo en el futuro, la tendencia en este caso es descubrir más.
Doble espiral de ADN
Con este ejemplo quise ilustrar cómo el pensamiento humano es proclive a generar “tendencias” que expliquen y den sentido a la naturaleza ante sus ojos. Dicho de una manera más sencilla, la realidad no puede describirse en su totalidad sólo en pequeñas fracciones que vayan generando tendencias en dirección de aquello que se pretende descubrir de un fenómeno. El estudio de la realidad sólo genera aproximaciones al problema y en la medida que se avanza en dimensiones y variables se van descubriendo nuevas tendencias que no se habían sospechado con anterioridad y que, en algunos casos, dan un giro completo a la investigación, por lo tanto la tendencia cambia.
Modelo fractal de Mandelbrot
Benoît Mandelbrot demostró que la realidad se compone de pequeños fragmentos que generan patrones regulares y se van reproduciendo hasta el infinito macroscópico y microscópico, llamados fractales, es curioso que el modelo fractal haya demostrado ser adaptable a todas las formas de la materia conocida, los fractales organizan de alguna manera el caos, pero describen un orden misterioso y confuso similar al caos, donde podemos percibir tendencias, pero nunca una idea total y abarcante. Quizá podamos enunciar el caos como una unidad abstracta, pero permanece inasequible para el limitado pensamiento del hombre, quien sólo puede avanzar sobre alguna de las millones de tendencias que ofrece el estudio de la realidad.
Para evitar que nuestro lector caiga dormido ante tanta revoltura caótica he decidido dejar para una segunda entrega el análisis de la “tendencia” en los fenómenos sociales.
Si tienen comentarios, insultos u otras vejaciones para el autor favor de escribir a juliocastre@gmail.com   

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