Miedo: la Raíz de la Xenofobia

Destruimos la esclavitud, pero no el racismo. - Henry Commager


En estos días la migración de Hondureños y centroamericanos han despertado los más profundos sentimientos xenófobos que las alcantarillas del ser humano puedan producir, en Estados Unidos es aprovechado para llevar votos a la campaña de los republicanos y también en México se manifestaron expresiones llenas de odio, la diferencia es que en el país del norte existe toda una estructura racista armada que posee recursos y varios puestos en el gobierno y en el congreso donde se defiende el principio de la supremacía blanca, en México sólo quedó en desafortundas opiniones en redes sociales, en nuestro país en realidad no existe un racismo tan marcado por la diversa conformación racial de los habitantes, pero sí una poderosa exclusión social orientada por la riqueza y el poder, somos una sociedad de castas que tiene su origen en el mundo prehispánico donde la sociedad se dividía en su cercanía al poder autoritario, posteriormente los españoles continuaron con esa brecha e incorporaron elementos geográficos de nacimiento en la división entre los nacidos en la Nueva España y los españoles peninsulares que se resumieron en leyes que marcaban la diferencia en derechos y obligaciones.
Volviendo al tema, la solidaridad de los mexicanos triunfó sobre la intolerancia y el odio, muestras de apoyo que se tradujeron en comida, agua y abrigo, por encima del mediocre gobierno de Enrique Peña Nieto que pretende convertirse en la policía migratoria de Trump e incluso de las promesas populistas de empleo del nuevo gobierno electo que trata de obtener apoyo de estos grupos vulnerables.
Pero la raíz de la xenofobia es quizá uno de los más primitivos del ser humano, tiene su origen en el miedo a ser invadidos y saqueados por seres extraños, no sólo en lo que se refiere a bienes materiales sino culturalmente, un miedo histórico al dolor que generaron los siglos de colonización europea en américa durante la edad media que literalmente arrasó civilizaciones avanzadas para imponer una cultura que se veía así misma como “superior”. En ese proceso dio inicio lo que hoy conocemos como globalización y que nos toca a la humanidad de ésta generación observar en su más elevada expresión tecnológica y material, la distribución de bienes es la más importante en toda la existencia humana, pero los miedos continúan siendo los mismos.
Miedos reforzados en un planeta desigual, con extrema pobreza, desempleo y marginalidad social, castas que exhiben su riqueza y poder mientras miles mueren de hambre.
Miedo a la violencia sin control, pandillas armadas que hostigan a poblaciones desarmadas y desarticuladas por el propio Estado que es promotor de la impunidad y de la corrupción, eso son los gobiernos latinoamericanos actualmente, las cifras de muertos en México y centroamérica son elocuentes, somos sobrevivientes del crimen organizado y la ingobernabilidad de facto.
Pero el miedo es un sentimiento fundado en la imaginación, de ideas preconcebidas y prejuiciosas, nacidas en la ignorancia y en la marginación, su origen está en la supervivencia básica del hombre primitivo, como ya dije, si queremos combatir la xenofobia debe el Estado invertir en comunicar eficientemente las cuestiones importantes del imaginario social y dejar de verse así mismo cómo un administrador de la tragedia cotidiana.
Dicho de una manera más simple, cuando fui padre de mi primera hija, tenía miedo que ella destruyera libros u otros objetos que pudieran lastimarla, hasta que un buen día mi esposa dijo, “enséñale a usar las cosas en vez de sólo prohibir”, efectivamente, nunca rompió nada.
Todo miedo es infundado, su origen está en la ignorancia y en la flojera de comunicar las cosas.

@julio_castre

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